lunes, 25 de noviembre de 2013

Consideren esto como poesía o como una introducción a la filosofía que reside de forma intrínseca en mis obras. O simplemente delirios, que sea lo que más les plazca.

El preludio de las sombras que habitan en el futuro de todos nosotros, distorsionan el presente de nuestras decisiones mediante el miedo de repetir el pasado.  Nunca hemos de saber si el camino de nuestras acciones han de reconfortar de igual manera al espíritu imprescindible del hombreque los senderos abandonados de las decisiones no tomadas; cuales callejones cerrados, que sólo han de ser vueltos a visitar en nuestra muerte. Hemos de vivir siempre con la incertidumbre del resultado de los procesos en caso de que aquellas variables perdidas siguieran con nosotros. 

No buscamos asustar, ni perturbar las conciencias de quienes lean estas palabras, sino transmitir una idea que en cualquier otro caso quedará perdida en las infinitas conexiones de ideas que no volverán a ser atadas nunca más. Ese es el destino del hombre y las ideas, quedar sepultados por el peso de cientos de miles de otros iguales a uno, que sueñan, como uno, perpetuarse en el espacio de la existencia y nunca conocer su destino final.

Pocos momentos van a alcanzar la percepción de plenitud como seres eternos, por lo menos un instante, a cada uno de nosotros. Pero han de saber que el alma del hombre es el concepto proto existencial que residirá más allá de los credos, es la esencia de los seres y quedará impregnada en toda acción que realicen y objeto que se construya; por más efímero que este sea. Ahí reside la respuesta a las súplicas de los seres, en la eternidad del alma que yace en lo efímero; y que de forma colectiva e imperceptible llegará hasta el último aliento del último hombre.




D.E.P. Jesús Zamarripa Díaz

viernes, 8 de noviembre de 2013

DOPPELGANGER


No se trata de cuantas personas hayas amado, ni cuantas cosas buenas hayas hecho. Se repetia constantemente aquel hombre al filo del techo del edificio donde vivía. No se trata de ser el primero, ni ser el mejor, no se trata de ser siempre aquel que busca la luz en las tinieblas; al final, todos acabaremos igual. 
Un paso tras otro, tembloroso y erratico, sujetando con fuerza su cabeza daba gritos mudos implorando piedad. 
A lo lejos se ve la llegada de los primeros rayos de luz a aquellas tinieblas de la noche, al sujeto se detiene. Exhala y en una señal de libertad extiende sus brazos viendo por primera vez la luz del día. 
Con los ojos cerrados y con la suavidad de un movimiento de sueño gira su cuerpo con una sonrisa dibujada en su rostro. Él ya no es él, aquel nunca había sido realmente él, pero ha estas alturas aquella diferencia fue borrada. Y en ese instante, sintiendo lo que jamás ha de sentir un no-nato, saltó al vacío. 


DOPPELGANGER

Contar cuando todo empezó se vuelve una tarea difícil, siendo que las últimas semanas han parecido durar años. Aquel hombre sólo tiene una certeza fija, desde mucho tiempo antes de que olvidara sus pecados aquella cosa ya le estaba siguiendo. 
Tiembla nervioso sentado en la silla de un motel barato, mientras que a lo lejos se oyen las sirenas, un aviso, un golpe a la puerta. Todo se siente tan bizarro, tan irreal, no es más que un sueño, piensa en lo profundo de su corazón. De un golpe derriban la puerta y se ve rodeado de luces que le encandilan al instante, la habitación en donde se encuentra estaba casi a obscuras, tenía mucho miedo de que su reflejo le volviera a traicionar o que aquella cosa se asomara en las ventanas; prefería por mucho no ver nada a verlo a él. 
El oficial inicia a vociferar una gran cantidad de acusaciones absurdas mientras le hacen el interrogatorio. El pensamiento victimal gira cíclicamente en su cabeza hasta hartarle, llega a un punto que justificarse a si mismo se vuelve tan monótono que inicia a preguntarse si realmente hizo algo de lo cual es acusado. 

Fue un error, sólo fue un error.

Primero lo sintió, luego lo vio, después le remplazo, más adelante le derrumbo con el fin último de matarlo. Así funciona, o por lo menos es lo que aquella mujer, cosa o lo que sea le dijo hace unos días. "Alguien ha de odiarte mucho", esa frase quedó grabada en sus oidos y no quería salir. ¿Pero qué ha sido capaz de hacer que merezca un castigo como este? No es el único, es más se podría decir que es algo con lo cual conviviremos sin saberlo tarde o temprano en nuestras vidas, recemos para que no nos pase a nosotros. Ella le había explicado el principio de aquellas copias, de aquellos seres que van con el único objetivo de destruir todo lo que has sido, eres y serás. Nunca han actuado solos, no tienen ese tipo de conciencia cuando están en su plano original, deben de ser invocados y realmente no son tan comunes las personas que son capaces de llamarlos y más aún de volverlos sus esclavos; no es que sea realmente algo complicado, pero es algo a lo cual la mayoría de las personas le daría miedo hacer.

Había bebido demasiado.

¿Entiende usted que entre los cargos que tiene se encuentra un homicidio? Pregunta el oficial, el sujeto no responde se ha vuelto a perder en sus pensamientos, debe de ser la tercera o cuarta vez que lo hace en los últimos quince minutos. El oficial alza su voz golpeando la mesa, a lo cual el hombre responde con un brinco y en estado desorientado pide que repita la pregunta. Al escucharla de nueva cuenta simplemente guarda silencio, sobra repetir lo que ha dicho desde que le llevaron a interrogar aquel lugar por primera vez, sugerir su inocencia a estas alturas resulta pues ya algo ridículo, tiene todo en su contra. Ya nisiquiera preguntan su inocencia, sino si es consciente de que ellos tienen la certeza de su culpabilidad. 

Nadie se enteró.

En defensa de este hombre, cabe mencionar que él no mató a su mejor amigo, fue aquel, aquella cosa. Era una noche como cualquier otra cuando su amigo recibió la visita de alguien que de forma insistente tocaba su puerta. Extrañado al abrirle se encontró con un viejo amigo, agitado y jadeante que parecía ser incapaz de articular cualquier palabra; preocupado le invito a pasar estirando su brazo al interior de su hogar. Pero al momento de cerrar la puerta sintió la fría hoja del metal entrar hasta sus costillas, aquel sujeto le había clavado un cuchillo en la espalda para lentamente iniciar a retorcerlo haciendo que en un grito de dolor que llego hasta con los vecinos. Poco después inicio a arrastrarse tratando de alejarse de aquella cosa, dejando cual animal un rastro de su paso, llegó hasta el comedor donde lucho por levantarse mientras que sentía la pesada mirada burlona de la figura que le miraba al margen de la puerta. De pronto se inicia a escuchar fuertes golpes contra de la puerta, auxilio por favor. Agacho un poco la mirada para tomar el aliento conforme colocaba el peso de su cuerpo en sus piernas y sentía como el escalofrío del dolor le recorría el cuerpo cuando con fuerza fue golpeado en la espalda, justo en la zona de la herida. En un chillido cayó sobre la mesa y buscando algo para protegerse inicia a tirar todos los adornos, para paulatinamente realizar que no simplemente está siendo golpeado está siendo masacrado. La sangre inicia a brotar de su espalda y deja un lago de sangre debajo de la mesa, mismo charco en el cual el sujeto cae sólo para darse cuenta de que aquella copia de su mejor amigo tiene en sus manos uno de los picos usados en la chimenea para mover la madera. Los golpes a la puerta han dejado de sonar, todo se vuelve silencio cuando sus miradas se cruzan. 
De pronto y rompiendo con la paz preludio de la muerte se escucha el ruido de una ventana estallando en pedazos, esperanzada la víctima levanta su mirada sólo para sentir justo al lado de su cabeza como es clavado el pico entre el pequeño espacio que separa la clavícula del cuello. La sangre inicia a ahogarlo y no puede más que quedarse paralizado por lo onírico que resulta morir. Una nueva imagen aparece en la habitación, ambas figuras se miran por un instante, en un parpadeo una de ellas desaparece. La figura que acaba de llegar se acerca al hombre moribundo y coloca su mano en su mejilla "Yo no quería que esto ocurriera", la visión es borrosa pero antes de exhalar su último aliento reconoce a esa figura. Esa figura es él mismo.

Él también estaba ahí, no sólo yo soy culpable.

La muerte de su mejor amigo era la gota que derramaba el vaso, mismo vaso que se había empezado a llenar meses atrás. Sabía que algo estaba mal, sabía que aquella sombra no era suya, alguien mató a su único confidente, y aún peor todos pensaban que era él el culpable, los vecinos aseguran haberlo visto entrar, y poco después se escucho el primer grito y apenas en un plazo de unos cuantos minutos cuando llegó la primera patrulla, que estaba localizada a unas calles del lugar, ya estaba muerto el sujeto. El funeral había sido la muestra más hipocrita de confianza que había visto en su vida, nadie cruzaba mirada con él, y la presencia de la policía no tranquilizaba a nadie; ese fue el primer día que fue llevado a interrogatorio; todo parecía indicar que era el culpable, el único problema era que estaba demostrado que no estaba cerca del lugar donde se cometió el homicidio. 

Ella se nos insinuó. 

Doppelganger fue el nombre que le dio ella, no era un ser en especifico, ni un fenomeno hijo de la probabilidad; era más bien una manera de matar. Una invocación que hacen ciertas personas conocedoras de las sombras, un trabajo que mandan a hacer generalmente a sus muertos. Es la forma de venganza más extrema, el castigo y el costo son muy altos. Alguien le odiaba al grado de pagar cualquier costa con tal de asegurarse de que muriese y que su alma fuese castigada de la peor forma imaginable. Aquella mujer le explico el trabajo que hacen los muertos, primero deben de acosar a su víctima día y noche hasta el grado de iniciar a volverles locos. Después inicia la mímica, un proceso por el cual el muerto inicia a copiar las formas de su víctima, iniciando por la apariencia hasta llegar a ser un clon perfecto.  Una vez obtenida la forma de su víctima inicia el proceso de remplazo o derrumbe, en el cual la copia tomaría el lugar de su víctima en su vida cotidiana, en sus relaciones existentes o deseadas para romperlo; en algunos cosos este proceso es remplazado por algo más violento que implica la destrucción total de la credibilidad del individuo o incluso al punto de generar acusaciones falsas cometiendo crímenes usando su rostro.
Finalmente, cuando la víctima se encuentra al borde de la locura, de la depresión y de la muerte es cuando el muerto le invade. El proceso de invasión suele ser muy rápido, y es el último paso. 

Fue consentido. 

Era un día como cualquier otro de los que habían sido las últimas semanas, pero por un extraño motivo no sentía el peso de la mirada de aquella sombra. Caminaba en andanza sonámbula por las calles de la ciudad, sin un destino fijo, ni una ruta clara, sólo quería caminar y seguir caminando; una especie de intento por dejar todo atrás. La policia le había dejado ir por evidencias insuficientes, pero con cierta razón sabía que esto no duraría para siempre. Una caminata que ya se había vuelto rutina, cada paso se sentía mucho menos que el anterior al punto en el cual andaba casi levitando entre callejones y calles, entre luces y sombras, hasta que repentinamente la figura de lo imposible paso frente de él. Al inicio dudo de su conciencia pero tras el parálisis inicial no quedó más que tratar de alcanzar a aquella persona, cosa o lo que fuera. Era la imagen de un muerto, la imagen de su muerto, la imagen de su mejor amigo muerto. 

Había algo en aquellas bebidas. 

Aquella persona le estaba esperando, le había buscado su encuentro no era coincidencia. Las coincidencias no ocurren en esta vida. Se presento como un muerto, como un muerto diferente al que vestía, no dijo  mucho sólo un nombre de mujer y la única frase de esperanza que había oído en semanas "ella sabe que ocurre y puede ayudar". Poco después tras salir de la luz del faro se mezclo con las tinieblas y nunca más le volvió a ver. 
En aquellas alturas hasta la idea de haberse encontrado con un fantasma no sonaba tan descabellada, en este punto cualquier cosa era una respuesta razonable. No tardó tanto como lo que esperaba en encontrar a esa mujer que dijo. Se dedicaba a leer cartas o algo así, trabajo de estafadores pensó, pero cualquier ayuda es buena. Al entrar a aquella tienda obscura encontró a la mujer ya esperándolo. 

No dijo su edad. 

Los muertos son reales y créeme que hay más muertos que vivos en este mundo, necesitas tener esto en cuenta y saber que los verdaderos seres peligrosos son los vivos, los muertos muchas veces no sirven más que de herramientas. Dijo con una voz calmada. Muchos de estos muertos son esclavos; los mejores esclavos son los locos, los asesinos o los seres queridos, los seres queridos harían por uno lo que sea hasta muertos. 
El hombre simplemente miraba como se movía su boca de un lado a otro conforme hablaba, no le seguía el hilo de pensamiento, pero había algo hipnótico en ella, algo no carnal. 
Existen dos tipos de muertos, todos sabemos del primer tipo, todos seremos o somos de ese tipo tarde o temprano. 
No parecia real, algo no estaba bien, su mirada no iba con su ser, su voz no iba con su ser, algo más básico, más elemental, algo como su alma no iba con su ser. 
Los muertos que son esclavos no pueden herir a sus amos, pero pueden rehusarse a obedecer, me consta que has estado en contacto con un muerto, el mismo que te trajo hasta mi. 
Aquellas palabras pusieron en alto los sentidos del hombre. 
Existen muertos que no terminan de cumplir su misión como Doppelganger… algunos una vez que se vuelven copias perfectas de sus víctimas la dejan en paz, y aprovechando su nueva figura humana tratan de adaptarse al mundo de los vivos, con tal de sentir la luz del sol en su piel una vez más. Otros llegan algo más lejos, y después de haber robado el cuerpo de sus víctimas se quedan con él.
Se generó en ese momento un silencio espectral en aquel lugar. 
Yo hice eso, dijo finalmente. 

Al momento de caer al vació el sujeto únicamente pudo recordar aquella noche y todo tuvo sentido.

De las tinieblas surgieron figuras, figuras en una habitación reducida, todas ellas con ropa negra y dándole la espalda. Tras levantarse desorientado y realizar donde se encuentra mira atónito su tumba. Lentamente se inicia a acercar, hay muy poca gente, era de esperarse aquella cosa se las arreglo parar arruinarle la vida. Pasa al lado de aquellas figuras borrosas y sin rostro que son los invitados a su funeral y tras un momento parado en silencio siente una presencia en su espalda. Y tras girar se da cuenta que no hay nadie.

H̢̝̄̾̍̊O͔̦̼͔͎̻ͭL̜̤̥̙͡A̦̹͋ 

Sobre su tumba ahora está postrada la figura de un ser corpulento, que parece tener piel tiesa como madera seca pintada de rojo, unos ojos parecidos al vidrio y unas garras que son por mucho más largas que la palma de su mano. 
"Lo que a ti te debería de preocupar son el segundo tipo de muerto, los no-natos."
El hombre lleno de horror inició a correr a la salida pero al pasar por el umbral de la puerta se vio de nuevo en aquella habitación, ahora la criatura está de pie.

¿̫̪̻̹̗̰Ã̙̩̣͗ ̱̲̥̗D͎̲̼̫̟͎ͮͭ̅ͦͬ̾O̟̤͊̉̎ͫ̊N̂̑̓̍͊D͓̥͉̬ͨͤ͆ͬͮͪͩEͥͨ̂̎ ̩̦̙̘̃ͭ̓ͣ̔̑ͩͅ V̫̪̓ͮͪ̇͆͐A̦̲͇̩̦̽Š̼̱͈ͮ?̮̻̞̻̟̞

Impulsado por la desesperación vuelve a intentar salir del lugar volviendo al lugar de origen, ahora la criatura está a unos metros de él. 
"Los muertos no-natos facilmente se corrompen por las sombras, no conocen vida ni amor, no conocen la luz del sol." 
Gritando histérico se arrincona solo tratando de alejarse lo más que pueda de esa criatura, que poco a poco está más y más cerca.

No sabía que iba a quedar embarazada.

En un agujero de mala muerte se encuentraban dos figuras conversando. 
¿Sabes el costo? Sí ¿Quieres continuar? Sí
¿Trajiste lo que te pedí? 
La joven figura saca de su bolso una bolsa. El hombre de ella saca los restos de un feto. 
¿Cual es el destino que le espera a su alma?
Tú ya sabes cual es.

¿̯̰̫̓P͇̖̲̗̓̊̓O̹̣̫͓͕̦̊̋R͎͚͙̳ͅ ̗̞̻̲ ̭͉̤̋̋͛̏ͭ̂͆  Q̻̰͖̤͙̺̇̌̎̅̏͊U̦̻͉͗É͕̖̤̯̀̑ͨ͋͐̓  ̪̳͕̮̤̰̈́ͣ͗̾̐̿̈ ̪̻̯ͥ͂ͅ H̒̀͂̒͗̚U̩̮̠̜̪̣͕ͧ̋ͧͬͭ͛̊Y̦E͓̯͍̝̜͖ͨ̐̏̍S̫͍̏͌̉̉̃ͪ ͈̐͑͑̑̏̉ͯ ̲ͯ̈́ͩ  P̠̹͈̬A͇̬ͦͨP͖̖̗̪̟̼̭ͭ̈ͮ̄Á̮͛̉̈́ͤ?͊͊̓ͥͣ 



miércoles, 27 de febrero de 2013

Slendy me cuida



Hola. Mi nombre es Amanda, y tengo seis años, yo no tengo muchos amigos; me acabo de cambiar de ciudad porque mis papás ya no se llevaban tan bien (yo amo mucho a papá y lo extraño, pero cada que hablo de él, mamá parece enojarse, por eso ya no lo hago).

No me llevo muy bien con los niños de mi escuela, son malos conmigo. Me paso casi todo el día sola, jugando con mis muñecas; y a veces los más grandes toman mis muñecas sin permiso y me obligan a darles mi dinero para que me las regresen. Extraño mi antigua escuela y a mis antiguos amigos. Mi nueva casa tampoco me gusta, es muy grande y oscura; y en las noches no puedo dormir porque en el árbol que esta afuera de mi ventana siempre esta un búho que me da miedo…

Una noche pasó algo muy raro, el búho no estaba, todo era silencio; por fin podría dormir en paz, pero no podía, no sabía porque pero no podía dormir. Entonces me levanté de la cama, prendí la luz y comencé a jugar con mis muñecas en silencio (para no despertar a mamá). Y cuando voltee a ver a mi ventana, vi a alguien.

Era alguien alto, llevaba un traje negro (como los que usa papá) y no tenía cara. ¡En serio! ¡No tenía ni ojos, ni boca, ni nariz! Era muy raro. Y cuando lo vi se asustó y se escondió.
El pobrecito era muy tímido, como yo. Me acerqué a la ventana para ver más de cerca y vi como se asomaba detrás de las plantas de mamá. Abrí mi ventana y le hablé en voz baja, lo invité a jugar conmigo. El señor tardó un buen rato en decidirse, pero terminó entrando a mi cuarto por mi ventana. Le pregunté su nombre, pero no me respondió… (Él no habla mucho pero no me importa, me cae bien). Y pues le pedí que me lo escribiera, le di una crayola y papel, él lentamente escribió algo en el papel, pero como yo no sé leer bien (y él escribe muy raro) solo entendí las primeras letras “Slende”, pero ese no es un nombre lindo, entonces le inicié a llamar “SLENDY”. Él no conocía a las muñecas y le tuve que explicar como jugar, estuvimos jugando toda la noche, bueno casi toda, después de un rato me dormí, y en la mañana ya no estaba. Eso me puso triste. Le conté a mi mamá de mi nuevo amigo, y se asustó; fue a mi cuarto y revisó, según ella todo estaba bien cerrado que nadie había entrado, y me dijo que todo había sido un sueño; y que nunca hablara con extraños y mucho menos los llevara a casa. ¡Pero mamá no entiende! ¡Slendy no es un extraño! ¡Es mi amigo!

En el recreo me fui a mi rincón donde comía mi almuerzo y jugaba con mis muñecas. Y para mi sorpresa ¡Ahí estaba! Slendy estaba esperándome, nos pusimos a jugar. Después en el salón, lo quise presentar, porque él sería mi nuevo mejor amigo. Pero la señorita Ana se molestó, porque ella no lo puede ver, y todos mis demás compañeros estaban sorprendidos porque Slendy no tiene cara, decían que era raro y decían cosas malas de él. Eso me molesto y le dije a Arturo una mala palabra; y la maestra se enojó y me saco del salón, y muy triste inicié a llorar en mi rincón. 
Slendy se me acercó y me dijo que la maestra era mala por no entenderme y que el hablaría con ella en la noche. Después me llevo a jugar.
Mientras me deslizaba por la resbaladilla Slendy desapareció y llegaron los niños grandes que me roban mi dinero. Me amenazaron con tirarme a la basura, y yo no tenía dinero ese día, pero ellos no entendían y me empujaron y me tiraron; y empecé a llorar de nuevo. Pero entonces Slendy llegó y de su espalda salieron unos tentáculos (como pulpo) pero eran negros, los niños se quedaron quietos, como hipnotizados y de la nada se quedaron dormidos, pero se golpearon muy duro en el suelo.

Cuando se acabó la escuela me fui con Slendy a jugar en el bosque a las escondidas. Slendy es un tramposo, puede estirar sus brazos y con sus tentáculos se disfraza como un árbol, es muy difícil encontrarlo. Pero me gusta jugar con él. Cuando se hizo tarde volví a mi casa y mi mamá estaba muy molesta, dijo que me estaba buscando y que estaba muy preocupada, que unos niños de mi escuela se habían lastimado o algo así (creo que hablaba de los que me roban el dinero, cuando se durmieron se debieron de pegar muy duro). Después de eso me abrazo muy fuerte y me dijo que me amaba y luego me preguntó que había hecho en el día, le conté que jugué con Slendy, y se volvió a enojar; creo que a mi mamá no le cae bien Slendy, dice que no existe que sólo está en mi cabeza.



En las noches Slendy juega conmigo mientras duermo, aleja mis pesadillas, yo con él soy feliz.
Todo esta bien porque Slendy me cuida.

Al día siguiente teníamos otra maestra, porque la señorita Ana se fue. Y pues ya los niños que me roban mi dinero no van a la escuela, aun que a veces la maestra nos pide que recemos por ellos y por la señorita Ana, no entiendo, esos niños son muy malos, no se lo merecen.

Sigo sin tener muchos amigos, pero ahora soy más feliz, Slendy siempre me cuida, es mi mejor amigo.
Una noche Slendy me invito a ir a su casa a dormir, yo siempre había querido conocer a sus papás y a sus hermanos. Entonces fuimos, salimos por mi ventana y me llevo al bosque.

Caminamos mucho y después de un rato llegamos a un gran árbol, estaba todo vació.Me daba un poco de miedo porque estaba oscuro pero Slendy me dijo que no tenía de que preocuparme. Y de la nada me di cuenta que los arboles que estaban cerca no eran arboles, eran los hermanitos de Slendy, eran igualitos a él. Y en el gran árbol estaba otro, creo que era el papá aunque todos se parecían mucho. Slendy me llevó a donde estaba su papá. Él estaba sostenido al árbol con sus tentáculos y bajo sus largos brazos para tomarme de los hombros. Cuando me toco deje de sentir miedo, todo era paz, todo era alegría.

Slendy me dijo que ya no volvería a estar triste, que no ocupaba a más amigos, porque él ahora seria mi amigo y ahora seria de su familia. Entonces el papá acerco su cabeza, me levanto del suelo y de la nada, me quede dormida.
Este lugar es maravilloso, a veces extraño a mi casa. No entiendo porque mamá y papá están tristes yo aquí soy feliz.

martes, 5 de febrero de 2013

Una pesadilla para la hora de la cena.


 Deseo una pesadilla para la hora de la cena,
para llenarme mientras duermo
con el insesante sonido de los campaneos
de las viejas gargantas gritando
"ESCÁNDALO, BLASFEMIA"
a todo aquel que se cruce en su camino.

Quiero oler mis  sueños
y despertar en brillantes chillidos de infantes jugando,
viendo a aquel que algún día fuí
anhelando a aquel que jamás seré.  

Quiero abrazar a los anhelos olvidados
en las páginas de las decisiones erroneas,
de los caminos oscuros
y los puentes rotos;
bajo los cuales rugen furiosos mis padres
al ver que no soy el hijo que ellos soñaron.

Despierto de nuevo en medio de las nubes eléctricas
de besos perdidos en el camino a tus labios.
Necesito caminar sobre el Sol para que su fuego refresque mis  sollozos.

"ESCÁNDALO, BLASFEMIA"
me gritan los viejos al pasar frente a ellos.
Levantando la mirada y atravesando la ventana
veo a un "yo" aún dormido.

-Max Zamarripa Sánchez