Hola. Mi nombre es Amanda, y tengo seis años, yo no tengo muchos amigos; me acabo de cambiar de ciudad porque mis papás ya no se llevaban tan bien (yo amo mucho a papá y lo extraño, pero cada que hablo de él, mamá parece enojarse, por eso ya no lo hago).
No me llevo muy bien con los niños de
mi escuela, son malos conmigo. Me paso casi todo el día sola, jugando con mis
muñecas; y a veces los más grandes toman mis muñecas sin permiso y me obligan a
darles mi dinero para que me las regresen. Extraño mi antigua escuela y a mis
antiguos amigos. Mi nueva casa tampoco me gusta, es muy grande y oscura; y en
las noches no puedo dormir porque en el árbol que esta afuera de mi ventana
siempre esta un búho que me da miedo…
Una noche pasó algo muy raro, el búho
no estaba, todo era silencio; por fin podría dormir en paz, pero no podía, no
sabía porque pero no podía dormir. Entonces me levanté de la cama, prendí la
luz y comencé a jugar con mis muñecas en silencio (para no despertar a mamá). Y
cuando voltee a ver a mi ventana, vi a alguien.
Era alguien alto, llevaba un traje
negro (como los que usa papá) y no tenía cara. ¡En serio! ¡No tenía ni ojos, ni
boca, ni nariz! Era muy raro. Y cuando lo vi se asustó y se escondió.
El pobrecito era muy tímido, como yo.
Me acerqué a la ventana para ver más de cerca y vi como se asomaba detrás de
las plantas de mamá. Abrí mi ventana y le hablé en voz baja, lo invité a jugar
conmigo. El señor tardó un buen rato en decidirse, pero terminó entrando a mi
cuarto por mi ventana. Le pregunté su nombre, pero no me respondió… (Él no
habla mucho pero no me importa, me cae bien). Y pues le pedí que me lo
escribiera, le di una crayola y papel, él lentamente escribió algo en el papel,
pero como yo no sé leer bien (y él escribe muy raro) solo entendí las primeras
letras “Slende”, pero ese no es un nombre lindo, entonces le inicié a llamar
“SLENDY”. Él no conocía a las muñecas y le tuve que explicar como jugar,
estuvimos jugando toda la noche, bueno casi toda, después de un rato me dormí,
y en la mañana ya no estaba. Eso me puso triste. Le conté a mi mamá de mi nuevo
amigo, y se asustó; fue a mi cuarto y revisó, según ella todo estaba bien
cerrado que nadie había entrado, y me dijo que todo había sido un sueño; y que
nunca hablara con extraños y mucho menos los llevara a casa. ¡Pero mamá no
entiende! ¡Slendy no es un extraño! ¡Es mi amigo!
En el recreo me fui a mi rincón donde comía mi almuerzo y jugaba con mis muñecas. Y para mi sorpresa ¡Ahí estaba!
Slendy estaba esperándome, nos pusimos a jugar. Después en el salón, lo quise
presentar, porque él sería mi nuevo mejor amigo. Pero la señorita Ana se
molestó, porque ella no lo puede ver, y todos mis demás compañeros estaban
sorprendidos porque Slendy no tiene cara, decían que era raro y decían cosas
malas de él. Eso me molesto y le dije a Arturo una mala palabra; y la maestra
se enojó y me saco del salón, y muy triste inicié a llorar en mi rincón.
Slendy se me acercó y me dijo que la
maestra era mala por no entenderme y que el hablaría con ella en la noche.
Después me llevo a jugar.
Mientras me deslizaba por la
resbaladilla Slendy desapareció y llegaron los niños grandes que me roban mi
dinero. Me amenazaron con tirarme a la basura, y yo no tenía dinero ese día,
pero ellos no entendían y me empujaron y me tiraron; y empecé a llorar de
nuevo. Pero entonces Slendy llegó y de su espalda salieron unos tentáculos (como
pulpo) pero eran negros, los niños se quedaron quietos, como hipnotizados y de
la nada se quedaron dormidos, pero se golpearon muy duro en el suelo.
Cuando se acabó la escuela me fui con
Slendy a jugar en el bosque a las escondidas. Slendy es un tramposo, puede
estirar sus brazos y con sus tentáculos se disfraza como un árbol, es muy
difícil encontrarlo. Pero me gusta jugar con él. Cuando se hizo tarde volví a
mi casa y mi mamá estaba muy molesta, dijo que me estaba buscando y que estaba
muy preocupada, que unos niños de mi escuela se habían lastimado o algo así
(creo que hablaba de los que me roban el dinero, cuando se durmieron se
debieron de pegar muy duro). Después de eso me abrazo muy fuerte y me dijo que
me amaba y luego me preguntó que había hecho en el día, le conté que jugué con
Slendy, y se volvió a enojar; creo que a mi mamá no le cae bien Slendy, dice
que no existe que sólo está en mi cabeza.
En las noches Slendy juega conmigo
mientras duermo, aleja mis pesadillas, yo con él soy feliz.
Todo esta bien porque Slendy me cuida.
Al día siguiente teníamos otra maestra,
porque la señorita Ana se fue. Y pues ya los niños que me roban mi dinero no
van a la escuela, aun que a veces la maestra nos pide que recemos por ellos y
por la señorita Ana, no entiendo, esos niños son muy malos, no se lo merecen.
Sigo sin tener muchos amigos, pero
ahora soy más feliz, Slendy siempre me cuida, es mi mejor amigo.
Una noche Slendy me invito a ir a su
casa a dormir, yo siempre había querido conocer a sus papás y a sus hermanos.
Entonces fuimos, salimos por mi ventana y me llevo al bosque.
Caminamos mucho y después de un rato
llegamos a un gran árbol, estaba todo vació.Me daba un poco de miedo porque
estaba oscuro pero Slendy me dijo que no tenía de que preocuparme. Y de la nada
me di cuenta que los arboles que estaban cerca no eran arboles, eran los
hermanitos de Slendy, eran igualitos a él. Y en el gran árbol estaba otro, creo
que era el papá aunque todos se parecían mucho. Slendy me llevó a donde estaba
su papá. Él estaba sostenido al árbol con sus tentáculos y bajo sus largos
brazos para tomarme de los hombros. Cuando me toco deje de sentir miedo, todo
era paz, todo era alegría.
Slendy me dijo que ya no volvería a
estar triste, que no ocupaba a más amigos, porque él ahora seria mi amigo y
ahora seria de su familia. Entonces el papá acerco su cabeza, me levanto del
suelo y de la nada, me quede dormida.
Este lugar es maravilloso, a veces
extraño a mi casa. No entiendo porque mamá y papá están tristes yo aquí soy
feliz.
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